El trading es aburrido. Lo confieso.
Los traders pasamos la mayor parte del tiempo haciendo pruebas. Probando sistemas, haciendo cálculos para controlar la gestión del riesgo, haciendo gráficos para analizar la evolución de nuestras cuentas y pasamos poco tiempo realizando operaciones con dinero real. Pasamos poco tiempo haciendo lo que realmente es divertido: operar. Para colmo, cuando operamos en real debemos estar fríos como un iceberg, sin sentimientos de ningún tipo. Debemos ser como máquinas que ejecutan las órdenes tal y como las tenemos escritas y planeadas.
Es aburrido ser automático, abrir y cerrar operaciones sin sentir el mercado, sin tener ni una pizca de esperanza por ganar o algo de miedo de perder. Es aburrido no poder quedarse pensando si compro o vendo, o ir viendo alegremente como nuestra operación va aumentando nuestro beneficio.
Es aburrido no sentir esa adrenalina operando con varias pantallas y gente gritando alrededor y es aburrido no poder comprarme ese yate que tanto me gusta con los beneficios de este mes.
Es aburrido estar todo el día sentado trabajando, por eso a veces, después de operar desde la terraza de mi jardín, dejo el portátil en la hamaca y me pego un baño en la piscina, y ahora que llega el mes de agosto, cojeré mi portátil y me iré de vacaciones… Ya realizaré las operaciones como una máquina y sin sentimientos desde algún rincón del mundo.
Es tan aburrido, que la gente prefiere seguir aburrida trabajando por cuenta ajena ocho horas cada día.
Lo cierto, es que realmente me encanta este tipo de aburrimiento, un aburrimiento que me deja tiempo y dinero para ser feliz como quiero.
Y recuerda:
«El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento» – Erasmo de Rotterdam
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